jueves, 28 de octubre de 2010

l'amour est fou


hace unos cinco años me enamoré perdidamente de alguien a quien no conocía, sólo chateábamos.
hoy, revisando notas y escritos de aquellos tiempos, he descubierto un correo que le escribí. era un acertijo, él debía averiguar qué información le estaba dando y para qué servía (era mi número de móvil). al releerlo, me ha parecido delirante y complicado, una verdadera locura y una lástima que las líneas de esta entrada no se ajusten al original, pues era una de las claves. él era claus, yo carpo y decía así:


>>1 Sabía que podía hacerlo. Podía intentarlo aunque saliera mal, aunque fuera descubierto. Era un juego que pondría a prueba su habilidad para enmascarar las pistas necesarias e inevitables que debía ir dejando en su camino. En realidad ser descubierto significaría sencillamente que lo habría logrado. Habría logrado decir sin nombrar. *¿Sería Claus capaz de leer entre líneas? Carpo se disponía a enumerar ordenadamente la información y envolverla con una capelina neblinosa.>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
>>2 Detallaría oscuros signos que reflejasen los deseos del otro, el amante lejano. *Con placer, Carpo ya llevaba en su cuenta dos pistas dadas.>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
>>3 La distancia entre ambos imponía vaivenes de información. Pero se podía jugar a magnificar la lejanía, engrandecer el propio juego y convertirlo en un hilo real, un filamento óptico capaz de llegar más allá de los mensajes encriptados, alcanzar incluso a tocar sus mentes, a generar ondas moduladas y que la imaginación tuviera eco en una voz. Llegado este momento, Claus calibraba el peso del viaje en que se estaba embarcando, sabía qué tipo de información le llegaría, pero no cual. *De su pericia dependía todo, descifrar casi sin leer lo que Carpo escribía sin nombrar. Por deseo.>>>>
>>4 “Soy el espejo de tus deseos” le decía a su novio una adolescente Lolita, pasmosamente guapa y sensual, que parecía recién salida de la caja de regalo de una sex shop. Él era perfecto como un atlante, encarnando los sueños de ella y los míos propios. *Ella, rompiendo moldes, tenía atravesadas las piernas sobre un banco de la calle, una maja callejera acariciando con su dedo lujurioso a un gato ambarino, encerrado en una caja de zapatos llena de enormes agujeros. Él, de pie, aguantaba la gravedad y el tirón de la sonrisa de ella, empujando con la punta de la lengua un aro ensartado en mitad de su labio inferior, contestó: “pues no los tengas miedo”.>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
>>5 Algo tan fácil como el deseo es capaz de derribar el miedo. Algo tan terrible y poderoso como el miedo es incapaz de destruir el deseo. [Tengo miedo de escribirte, pero más deseo]. Un deseo que me ha traído hasta aquí, como me llevó una noche tras una mirada,  en ir y venir de calles, desde la de Hortaleza al parque del Retiro, persiguiendo su incógnita. Al entrar al parque, sobre mi cabeza flotaban las magnolias en lo oscuro, como nenúfares ingrávidos. Él cogió una para mí, tan blanca y espléndida como luego resultó ser su slip. *El desorden empezó a dominarme.>>>>>>>>>>>>>>>
>>6 *Para describirle sólo diré que tenía una cicatriz vertical en el costado. Me producía un horror fascinante, la recorría con mi dedo índice de lado a lado y ese solo contacto superficial, resultó ser tan sorprendentemente íntimo, que en breve la magnolia y el slip se habían fundido en un único borrón blanquecino a nuestros pies, sobre el que derramamos nuestra avidez. >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
>>7 Las magnolias empujadas por el viento se movían como ovnis. Pero las más lejanas mutaban con la distancia en puntos brillantes, que se confundían con las estrellas. *¡Qué percepción perfecta del infinito! Aunque también mutaba el infinito, cuando algunas de las flores caían en verticales trazos para perderse en el césped negro.>>>>>>>>>>>>>>
>>8 Después de todo eso, cuando el desorden estaba completamente establecido, cuando la norma dejó de ser única, los signos debían aparecer. Sin ellos, *sin los puntos cardinales y con las estrellas cayendo, Claus nunca llegaría a completar el resultado de la ecuación. Debía leer, ahora sí, con detenimiento:  [(6>7<8, 9)], colocar los sucesos, adivinar y permutar.  O bien ver y buscar, sin espacios, los caracteres en su totalidad.>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
>9 Al final la maja callejera no tenía las piernas cruzadas sobre el banco. La ilusión la creaban sus zapatos intercambiados. Cuando se puso en pie, un ligero mareo me sacudió, *pero ella enseguida cambió éste por aquél y empezó a caminar. Qué confusión crean las cosas cambiadas de sitio, los amantes lejanos, las magnolias que flotan en la pesada atmósfera del parque, los deseos que se cuelan sin querer, la imagen que te dicen las palabras, las palabras que no dicen, las palabras que esconden, las líneas de los párrafos, los párrafos en desorden, los hilos desconectados, los números inciertos....

2 comentarios:

  1. ¿lo adivinó?? porque yo, aun sabiendo tu numero de telefono, no me entero....Que torpe!!! a ver si me lo explicas un dia de estos.

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  2. pues le tuve que dar alguna pista más, pero al final lo consiguió. la solución es muy sencilla, cada párrafo tiene un número de líneas y ese número corresponde a cada número del teléfono. tan fácil me parecía, que en el quinto número creo, decidí variar el orden, cambiando el 5º por el 4º y viceversa. aparte de eso los párrafos estaban llenos de pistas: la cicatriz vertical, un uno, o el signo de infinito, un ocho invertido...

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